Cuando nos referimos a la comunicación intercultural habitualmente pensamos primero EN una comunicación entre dos personas de dos países distintos.
Más nos alejamos de nuestras casas más nos parece obvio que nos vamos a encontrar con gente que habla otras idiomas, y que eso define que son de otras culturas. Pero no hace falta cruzar una frontera nacional para encontrarse con culturas ajenas, no hace falta de ser de otra nacionalidad y hablar otro idioma para vivir una situación intercultural. La comunicación intercultural la podemos encontrar en nuestro propio país, nuestra ciudad, o en el barrio en lo cual vivimos. Es más – la podemos encontrar en nuestra propia familia.
No voy a entrar ahora en una descripcion acerca de la definición de la palabra “cultura” ya que existen más de 150 definiciones y muchos trabajos científicos que se dedicaron a analizar y explicar lo que significa “cultura”. Lo que si quiero hacer es resaltar que lo que llamamos “cultura” esta basado EN un sistema de valores que siempre puede variar. Ya que es un sistema creado por el ser humano, y por eso, corresponde a un proceso dinámico que nace en la interacción. Este sistema de valores nos permite de registrar, evaluar y actuar.
Entonces, como distinguir una cultura de la otra? Donde empieza y donde termina una cultura? No hay una sola respuesta a esa pregunta porque la definición varía dependiendo de quien la haga. Yo como alemana, por ejemplo, definiría mi propia cultura de una forma distinta de como lo haría un argentino que tiene la mirada desde una posición externa. Algunas de las principales características que usamos, en general, para definir una cultura son el idioma, los valores morales, las costumbres de la convivencia y la estructura social de una sociedad.
La “Cultura” hoy ya no corresponde a una “cultura nacional”, porque las sociedades modernas son multiculturales y influenciadas por distintos estilos de vida que se entrecruzan de forma real y virtual.
La Argentina como ejemplo nos muestra un país donde distintas sociedades culturales se encontraron en un mismo territorio geográfico y empezaron a coexistir. No muestran una homogeneidad nacional, pero son el reflejo de muchos grupos étnicos y culturales que se encontraron unidas en un mismo territorio geográfico. Ya en este nuevo territorio se tienen que adaptar creando nuevas costumbres, como la cultura culinaria del famoso asado argentino. La carne era la comida que más fácil se conseguía y que terminó siendo hoy el plato principal del Argentino que disfruta los domingos en familia, aunque su origen se italiana, española, alemana o inglesa.
A pesar de la existencia de costumbres como la del asado, no se puede hablar en definitiva de una cultura nacional argentina porque las formas de vivir que solemos tener hoy no cambian drásticamente cuando vamos a Uruguay o Brasil. A tal punto que un alemán podría llegar a identificarse con modales y formas de ser que encuentra en su amigo argentino y vice versa. Eso puede pasar por el simple hecho de que las culturas, antiguamente separadas por nacionalidad, se transformaron hoy en una cultura global interdependiente, que une a distintas culturas nacionales construyendo sobre las similitudes y no sobre las diferencias. En la era de la globalización casi no existen más culturas totalmente aisladas, como por ejemplo la de Korea del Norte o algunas culturas autóctonas en Brasil, estamos hablando de no más de dos por cientos de la población mundial.
Volviendo entonces a preguntarme donde empieza y termina una cultura y así saber cuando tengo una comunicación intercultural llego a la siguiente conclusión: Una comunicación intercultural la puedo encontrar cuando voy a cenar con mi prima alemana, que vivió toda su vida en el mismo pueblo en el norte de Alemania. Siendo yo de la misma familia y cultura que ella, pero además con una cultura más viajera, es muy probable que yo elegiría un plato del menú que me hace descubrir nuevos gustos y me hace viajar, mientras que la elección de mi prima será un plato ya conocido por ella. Intercambiaremos en esta cena nuestros distintos puntos de vista sobre el sistema de valores que cada una de nosotras eligió para nuestra vida. Dos alemanas de una misma familia viviendo en dos culturas distintas, manteniendo una comunicación intercultural.
Esther-Marie Merz
Miembro fundador SIETAR Argentina