Identidades en Movimiento: Feeling Italian

1 de Diciembre 19:00 a 21:00 Hs. Buenos Aires (GMT-3) (Buenos Aires, Georgetown)

Presentación Online del libro en español e inglés, con traducción

SIETAR Argentina y SIETAR Italia presentan el Proyecto fotográfico y Libro “Feeling Italian”
El libro “Feeling Italian” utiliza el lenguaje fotográfico para explorar las identidades multiculturales y la ciudadanía global. 89 imágenes seleccionadas por un Jurado Internacional, acompañadas de historias y narrativas personales de los fotógrafos, muestran la complejidad de la identidad italiana en el contexto global contemporánea

“Feeling Italian” permite mostrar el concepto de identidad como un proceso dinámico, fluido y plural. El libro ofrece un estímulo innovador para el diálogo intercultural, y constituye una herramienta eficaz para la educación y la formación intercultural.

La presentación será efectuada de un modo interactivo por las editoras del libro, Maura Di Mauro and Bettina Gehrke

Maura Di Mauro es la anterior presidenta de SIETAR Italia; Formadora Intercultural, Coach & Consultora; Experta en Diversidad & Inclusión, Sustentabilidad & innovación.

Bettina Gehrke forma parte del Consejo Asesor de SIETAR Italia; es Profesora de Management Intercultural y Liderazgo en la Escuela de Management Bocconi

Para conocer más el libro, presiona aqui

Inscripción: https://bit.ly/38zW9Vk

Comentario bibliográfico a la obra: “L’intelligence interculturelle. 15 thèmes à explorer pour travailler au contact d’autres cultures”. Michel Sauquet y Martin Vielajus. Ed. Charles Mayer, 2014

La inteligencia intercultural, es un ensayo de 404 páginas en el cual los autores, Michel Sauquet y Martin Vielajus, proponen una reflexión sobre la manera de convivir y de establecer un diálogo entre culturas diferentes. La sólida experiencia académica y de terreno en la cooperación internacional de ambos autores puede apreciarse a lo largo de toda la obra. La lectura es acompañada de las ilustraciones del talentoso Patrice Rambaud quien nos da una perspectiva gráfica profunda e inteligente y, al mismo tiempo, poco solemne. El texto presenta cuatro partes que desarrollan grandes tópicos interculturales a través de 15 temas y 130 preguntas que “permiten interrogar tanto las representaciones del otro como las propias”.

La innovadora perspectiva metodológica de los autores comienza por contextualizar cada tema abordado, analizar y cuestionar luego las diferencias para, finalmente, tomarlas en cuenta y proponer alternativas de conciliación.  Como expresan Jean-François Chanlant y Philippe Pierre en el epílogo de la obra, se trata de una propuesta que ofrece una lectura a la vez reflexiva y prospectiva. Este enfoque permite al lector descubrir esta novedosa metodología de los autores que parten de preguntas y no de afirmaciones y, al mismo tiempo, establecer una interacción o comunicación con reconocidos autores especialistas en comunicación intercultural.

La obra está destinada a un público variado que incluye el sector público, privado y académico ofreciendo, como se resalta en el epílogo, la posibilidad tanto de “enriquecer seminarios de formación” como la “construcción de trayectorias de integración de nuevos colaboradores o colaboradores que dejan la empresa”. Sumerjámonos entonces en las distintas partes del texto para explorar la profundidad del “iceberg” cultural y tomar así consciencia de la importancia de las representaciones mentales en nuestros comportamientos culturales.

En la primera parte, los autores tratan, en cinco capítulos distintos, diversas visiones que van a influenciar nuestra concepción del mundo.

El primer capítulo, comienza precisando las nociones de religión, de tradición y de historia,  mostrando cómo todas estas representaciones están en interacción y son las raíces de una cultura. En el capítulo 2, los autores nos invitan a explorar distintas miradas y a entender los orígenes de diversos enfoques de la relación del hombre con la naturaleza, proponiendo en su parte final un análisis de cómo estas visiones se pueden combinar con preguntas ecológicas actuales. En relación con el tiempo, tema muy estudiado en el ámbito intercultural, el capitulo 3 nos permite revisitar de manera creativa las ideas de autores como Edward T. Hall y Fons Trompenaars, entre otros. En cuanto a la noción de espacio, en el capítulo 4, los autores retoman ideas de teóricos interculturales de referencia, para comprender, entre otros aspectos, la determinación de la identidad y del poder. Por su parte, el capítulo 5 trata sobre uno de los campos de mayor especialidad de Sauquet y Vielajus al ocuparse de la enfermedad y de la muerte, rescatando una vez más la situación de la cuestión en la esfera tanto francesa como internacional.

En la segunda parte del libro, los autores abordan en tres capítulos diferentes la noción de identidad como un tema que se presta a controversias.

La reflexión comienza en el capítulo 6 apoyándose sobre dos grandes orientaciones : el individualismo y el colectivismo. Para el lector no familiarizado con la cultura francesa estos capítulos resultan de particular importancia ya que los autores enriquecen la reflexión general comentando en detalle la visión francesa sobre los temas tratados. En el capítulo 7 se trata la relación de una cultura con el extranjero, a través de las preguntas de cómo se entiende la mezcla cultural, resaltando cuestiones como el racismo y las maneras de tratarlo, la discriminación positiva y la noción de la laicidad. Por su parte, en el capitulo 8, donde se tratan las cuestiones de jerarquía y de estatus social, son de particular interés las citas de Philippe d’Iribarne para abordar la problemática en Francia.

La tercera parte trata en cinco capítulos sobre los retos en la vida laboral y la organización social y nos ayuda a entender mejor la comunicación intercultural en el mundo profesional : empresas, ONG, etc.

Los autores comienzan en el capítulo 9 abordando la cuestión de género y la distinción de roles. El capítulo 10 está dedicado a la visión sobre el trabajo. Partiendo de una contextualización sobre quien(es) trabajan, Vielajus y Sauquet nos presentan distintas concepciones del trabajo y nos permiten también revisitar las ideas de Geert Hofstede sobre las dimensiones de incertidumbre y riesgo y las de Edward T. Hall en relación con la esfera profesional y privada. En el capitulo 11, los autores nos proponen explorar el desacuerdo y el conflicto, abriendo en las últimas preguntas la cuestión a las diferencias en la cultura institucional. El tema del dinero, la riqueza y la posesión son tratados en el capitulo 12 con inteligencia y creatividad. El capítulo 13 profundiza en los modos de organización, aventurando interrogantes que permiten retomar los temas de jerarquía, normas y autoridad proponiendo cómo las nuevas tecnologías impactan en estas organizaciones.

Los autores dedican la cuarta y última parte del libro al idioma y los modos de comunicación. Se trata de una visión fresca y renovada sobre estos temas de base en el estudio en el mundo intercultural. En el capítulo 14, dedicado a la lengua y las dificultades de traducción, los autores se interesan en cómo la cultura modela la manera de pensar y comunicar con el otro. Ya en el capítulo 15 se ocupan de la comunicación con sus situaciones de éxito y sus malentendidos.

Para finalizar, merece ser mencionado que en el anexo encontramos una herramienta llamada “Culturoscope” -Culturoscopio- que, retomando las preguntas del texto principal, propone una guía de análisis de los contextos, las representaciones y las prácticas socioculturales.

A modo de corolario, pensamos que el lector, tanto lego como especialista, encontrará en esta obra la posibilidad de abordar las cuestiones interculturales tanto desde una perspectiva erudita y académica como desde un abordaje práctico.

La presente reseña es el resultado de un semestre de trabajo de discusión sobre la obra de un grupo de alumnas del curso “Communication interculturelle” (curso en lengua española) – Pôle Langues – Institut Catholique de Paris – Paris. Francia. Tuve el placer de enseñar a las seis estudiantes co-autoras del trabajo y acompañarlas en la traducción, reflexión, compilación de notas y analísis completo de la obra durante el 2do. semestre de 2018. Como resultado de su esfuerzo, la presente reseña busca colaborar en la cración de puentes lingüísticos en la literatura intercultural.

Autoras: ANDINO DORATO, Jimena ; MONNET, Alexia; MOULIN ROUSSEL, Nolwenn; POUHIER, Alice; RECA, Juliana; SUDRIE, Clara; WAILLY, Manon

La Relevancia del Diálogo Interreligioso en una Sociedad Diversa

Posteado el 14 de junio del 2016 por  Milena Miladinovic en el Blog de ICL

¿Cuál es el rol del dialogo interreligioso en la creación de sociedades y organizaciones diversas, tales como AFS? El seminario Islam in Europe – between Assimilation and Rejection– Islam en Europa – Entre la Asimilación y el Rechazo, organizado a principios de año por la European Federation for Intercultural Learning  – Federación Europea para el Aprendizaje Intercultural(EFIL, pos sus siglas en inglés), abordó esta desafiante cuestión e inspiró a muchos miembros de AFS para continuar pensando y analizando el tema.  Puede leer mas sobre acerca de esta cuestión en el post anterior de nuestro blog. HoyJeroen Vandenbempt,, voluntario del EVS (Servicio Voluntario Europeo, por sus siglas en inglés) en AFS Noruega, reflexiona sobre los orígenes y las razones  de la islamofobia y nos desafía a posicionarnos en su contra.

 

Seguramente habrá visto en televisión o escuchado a alguien decir mientras viajaba en colectivo: “el Islam es la causa de todos nuestros problemas. Los musulmanes son terroristas, no adoptan nuestra cultura, se quedan con nuestros empleos y aprovechan nuestro sistema de bienestar social. Son todos violadores.”

Si se encuentra asintiendo con su cabeza en señal de acuerdo, tenemos un problema. Si no está de acuerdo pero no sabe como reaccionar, también tenemos un problema. En este artículo trataré de probarle que el Islam no es algo malo y de ofrecerle también posibilidades de reflexión sobre cómo combatir la islamofobia. Pero quiero principalmente iniciar un debate acerca del rol que nosotros jugamos, como seres humanos, como miembros de AFS, como organización intercultural, en la lucha contra la islamofobia, el racismo y la discriminación en general.

¿Cuál es entonces la razón por la cual la gente está muy asustada, y se justifica este miedo? El miedo siempre proviene de algún lugar, nos demos cuenta de ello o no. Ésto no es diferente en el caso de la islamofobia. Una de las principales razones por la cual hoy estamos asustados es el terrorismo. Los extremistas nos atacan y atacan nuestros valores, lastimando a nuestra sociedad con el objetivo de influenciarla y cambiarla. Da miedo. Pero esta no es una “cuestión de musulmanes”. La mayoría de los eruditos y creyentes del Islam dicen que la violencia no es aceptable en su religión.  Existen también extremistas en otras religiones así como entre los no creyentes (pero no existe, por ejemplo, las “cristianofobia”). Sucede que cuando alguien que no es musulmán  hace algo malo, sólo vemos a una mala persona, pero cuando un extremista musulmán hace lo mismo, se culpa a comunidad musulmana en su totalidad. “The Economist” – El Economista- publicó un cuadro interesante acerca de este tema.

Un ejemplo doloroso es la comparación entre los bombardeos en Bélgica, ocurridos justo antes del seminario , y el ataque de Anders en Noruega en el 2011. Si tenemos que creerle a los medios de comunicación masivos, los perpetradores de Bélgica eran únicamente musulmanes (y nada mas que eso) y hablaban por todos los musulmanes. Breivik, en cambio, fue descripto como un individuo loco y extremista. Nadie le pidió a los noruegos que se defiendan a sí mismos por el comportamiento de un individuo de su sociedad, mientras que los musulmanes son frecuentemente interrogados acerca de los ataques, como si ellos mismos tuvieran algo que ver.

 ¿“Y qué pasa con los musulmanes dominando en mundo?” Otro mito! Una encuesta del año 2014 preguntó a los belgas acerca de su percepción sobre la comunidad musulmana en el país. Los encuestados en general pensaban el 29% de su población era musulmana cuando, en realidad, sólo lo era el 6%.

Información importante para el cuadro: el islam difiere de país a país, y considerar a ciertos paises como “paises musulmanes” (haciendo que todos parezcan lo mismo) no sólo es un error, sino que también es peligroso. Es éste el modo en el que comenzamos a crear estereotipos y prejuicios.

¿Existen religiones que son más propensas a la violencia que otras (por ejemplo el Islam)? Siempre ha existido la violencia en la religión con el objeto de transmitir opinión, cambiar estilos de vida o dar batalla a los opresores. Pero depende más de donde y en qué situación se encuentra la gente que de la religión. Y aunque algunas religiones sean descriptas como mas pacíficas que otras, no existe evidencia real que respalde esta creencia.

 ¿Qué sucedería si el miedo se convierte en odio? Es natural que las personas luchen para proteger lo que creen que es suyo. La “pirámide del odio” (fuente: Jewish Contribution to an Inclusive Europe – La Contribución Judía a una Europa Inclusiva  (CEJI) [1]) muestra que cuanto mayor o más abiertamente demostrado sea el miedo, peor se pone. Pero todo comienza por lo pequeño.

No es necesario que como trabajadores jóvenes (voluntarios) abordemos a la gente que opera en los dos estratos superiores. Sin embargo, cada vez que un participante en nuestros programas discrimina, o aún cuando simplemente cuenta un chiste racista, debemos actuar. Y aún antes de que eso suceda, es necesario concientizarlos de que la gente dice cosas que no están bien y  que eso produce un efecto en los demás.

¿Cuándo fue la última vez que hizo un comentario discriminatorio o una broma, sin realmente ninguna intención? ¿Y cuando fue la última vez que reaccionó en contra de un comentario así? ¿O si no reaccionó, qué fue lo que lo detuvo?  De hecho, ¿deberíamos enfrentarnos a los demás?

La historia de un miembro del Forum of European Muslim Youth and Student Organizations  – Foro de las Organizaciones Estudiantiles  de la Juventud Musulmana Europea (FEMYSO, por sus siglas en inglés) [2] podría no responder la pregunta, pero definitivamente lo hará reflexionar:

El profesor de mujer musulmana, que usaba un hijab (pañuelo en la cabeza) cuando iba a la universidad, le pide, frente a alrededor de 400 alumnos, que se descubra la cabeza o se retire. En la sala de conferencias, dos compañeros se paran y  desafían al profesor. Cuando luego la mujer concurre a una reunión de FEMYSO y relata el incidente, da el mensaje de que se sintió magnífico al saber que no estaba sola en ese momento. Que si alguien trata de dañarla, otros se mantendrán a su lado. El sentimiento de unión fue un buen sentimiento. Ella no se sintió tratada con condescendencia o más humillada por el apoyo de la gente. Para provocar un cambio debemos permanecer unidos.

Lo importante aquí es que no fueron dos personas que se movilizaron a la acción por ella, sino con ella. Esa “unión”, en lugar de un “ellos y nosotros”, también conocido como “alterización”, es muy importante. Para abordar la islamofobia es necesario atacar todas las formas de la fobia (relacionadas a las minorías). Para abordar la discriminación de los musulmanes, es necesario atacar todas las formas de discriminación. En el trabajo usted puede hacer foco en un problema más que en otros. Pero cuando se trata de la islamofobia es necesario también verla inserta en el panorama general.

Esta perspectiva holística del problema en todas sus formas es lo que finalmente creará un mundo mejor.

¿Deberíamos  abordar la islamofobia como un tema singular? ¿O ver el dialogo interreligioso como un concepto independiente? Parece difícil hacerlo de este modo, dado que está ligado a la migración, la crisis de los refugiados y el terrorismo, así como también a las cuestiones de género y la homofobia y a los derechos humanos en general, y así sucesivamente.

¿Quién es responsable de crear el cambio que deseamos?  ¿Es algo en lo que nosotros como individuos debemos trabajar? ¿Tiene AFS, en su calidad de organización que lucha por la paz por medio de la comprensión y el aprendizaje intercultural, un rol en esto? ¿Y si lo tiene, cuál es ese rol?

Si queremos crear un cambio por medio de AFS, es necesario permanecer en unidad. Y por lo tanto escribo este articulo en con la esperanza de que ustedes, lectores, empiecen a pensar, de que empiecen a intercambiar ideas. Y si piensan que este es un tema que debe de ser abordado ya sea en forma singular o inserto en el panorama general, ustedes son los indicados para movilizar a  AFS a la acción. Porque finalmente los que deciden son los miembros de AFS.

Mentiría si dijese, a diferencia de otros escritores de medios masivos, que no trataba de influenciarlos. Este artículo esta lleno tanto de parcialidad como de mis opiniones. Y aunque utilizo, tanto como sea posible, información que goza de credibilidad, yo soy el que decidió qué mencionar y qué no. Entonces, querido lector, sea consciente de ésto que he mencionado, trate de discernir el contenido de lo que he escrito y formar su propia opinión.  Trate usted mismo de responder mis preguntas. Hable con otros acerca de esto con la mente abierta. Y finalmente, adopte una postura sobre el tema, sea usted mismo el cambio que quiere ver, y permítanos mejorar este mundo,   de a uno.

Jeroen Vandenbempt un voluntario de AFS de orígen belga (Flamenco) con pasión por la diversidad. Es entrenador activo de AFS BFL, NOR y EFIL, así como también de WJNH (una organización para la juventud LGBT de Flandes). Ha participado en varios seminarios sobre diversidad y minorías, el último de los cuales fue las sesiones de estudio sobre el Islam en Europa de EFIL. Actualmente trabaja en la oficina de EFS en Noruega como voluntario EVS con el respaldo de “Erasmus+”de la Unión Europea por medio de “Aktiv Ungdom”

[1] CEJI es unaorganización internacional sin fines de lucro establecida en 1991, que trabaja con individuos y organizaciones de todas las religiones, culturas y orígenes para promover una Europa diversa e inclusiva. Para más información visite http://www.ceji.org/

[2] La misión de FEMYSO es facilitar el desarrollo, conexión por medio de redes y cooperación entre la juventud musulmana europea y las organizaciones estudiantiles, y ser su voz representante en todas las instituciones europeas. Para mas información: //www.femyso.org/

¿Qué tal prepararnos para transitar la interculturalidad?

Por Mariela Kaddour

 

¡Uy! Se termina el mundial y esto me dice que ya pasaron 4 años desde que mi amiga Sara me preguntó: “Pero, ¿cómo lo hacemos?” después de haber leído un artículo que compartí con la comunidad de Sietar Argentina allá por 2014 (https://sietarargentina.org/2014/07/14/alumbremos-nuestro-aprendizaje-intercultural/).

Verdad, a lo largo de ese artículo alentaba a alumbrar el aprendizaje intercultural y muchísimos lectores, al igual que Sara, quizás se deben haber planteado lo mismo o deben haber querido tener una mejor orientación respecto de los pasos por seguir si de aprendizaje intercultural se trata. De hecho, mi queridísima amiga Laura también me consultó sobre qué leer para descubrir más ese mundo.

Lo cierto es que, a pesar de intentar bucear permanentemente en mares interculturales, reconozco que a mí también me inquieta esta cuestión y me sigo planteando: ¿Hay pasos por seguir en el camino del interculturalista? ¿Existe una extensa y riquísima bibliografía que nutra y nos prepare mejor para el diálogo intercultural? ¿Tenemos alguna receta mágica escrita para que cuando se entrelazan culturas el resultado sea fantástico?

Alguien un poco más inmerso en el mundo de la interculturalidad nos podrá orientar y decir, por ejemplo: desarrollando la competencia intercultural, estando más inmersos en otras culturas, profundizando otros mundos, asistiendo a congresos, talleres y cursos especializados, leyendo a…

Aun así, doy fe, el “¿cómo lo hacemos?” podría seguir estando presente. Cada vez con más frecuencia me hago la pregunta: “¿Cómo nos comunicamos mejor entre culturas?” y cada vez soy más consciente de que muchas veces no logramos siquiera “comunicarnos” con aquel con el que compartimos el día a día en nuestra propia cultura, y de que todos los intentos que hacemos por comprender y llegar más al otro, poniéndonos en sus zapatos, pueden llegar a quedar en eso, sólo intentos.

Pero también estoy convencida de que la competencia intercultural se desarrolla, de que cada uno de nosotros somos responsables y de que tenemos la necesidad de hacerlo como “agentes de cambio”. ¿Dónde buscar, entonces, otras herramientas para ser más sensibles interculturalmente? ¿Compartiendo más espacios que nos den la oportunidad de poner en práctica los recursos con los que ya contamos? ¿Teniendo facilitadores y coaches cerca que nos hagan analizar y reflexionar sobre la otra cultura y sobre la nuestra?

En lo personal, siempre termino creyendo que las respuestas pueden ser tan amplias como diversas las miradas. Sin embargo, cada vez me convenzo más de que explorando y aprendiendo sobre las similitudes y las diferencias, desarticulando prejuicios y desdibujando mitos vamos de a poco abriendo más las puertas a ese diálogo fluido entre culturas que buscamos, y ayudamos también a que OTROS mundos y el NUESTRO se transformen.

Ojalá, esta vez, comparta un nuevo artículo antes del próximo mundial y que no nos reencontremos recién hacia Qatar 2022. Aunque, si de tiempo se trata, en este día a día del diálogo intercultural, sí que tenemos mucha tarea por hacer y objetivos por cumplir. Quizás, empezar por uno mismo, ¿ambicioso? Por ejemplo, polarizar menos, que no vayamos por todo o por nada, que no veamos en el otro al blanco o al negro, al rico o al pobre, o sea, lograr que nuestro pensamiento pueda pasar de lo dicotómico a lo dialéctico y que en lugar de poner “etiquetas” podamos empezar a desprenderlas ampliando miradas.

A aprovechar este frío invernal para arroparnos más de sensibilidad intercultural, a aprovechar la oportunidad de vivir ese proceso dinámico y eterno de transitar la diversidad, incluyendo más, siendo mejores observadores, analizando y empatizando mejor, reflexionándo muchísimo y, ¿por qué no?, DISFRUTANDO las diferencias. ¿Acaso estos pueden ser los primeros pasos que nos acerquen a una riquísima receta intercultural? Probemos, ¿sí? ¡Manos a la obra!

Todos tenemos visiones polarizadas… ¿y entonces?

“¡Son feminazis!” escuché decir a uno de mis amigos luego de ver por la televisión algunas pintadas que la marcha por #NiUnaMenos dejaron en una pared. El adjetivo parece englobar un significado sumamente profundo, buscando trazar paralelismos entre el régimen Nazi en Alemania y el movimiento feminista. En realidad no lo era. Era una simple descripción despectiva ante un accionar que, desde el punto de vista de mi amigo, era incorrecto.

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También en estos meses ha comenzado a escuchar con más frecuencia la frase: “Se vienen a robar nuestros trabajos”, refiriéndose a los inmigrantes llegando al país. Esta frase parece tener una estacionalidad alineada a los vaivenes económicos. En períodos de crisis, los inmigrantes y refugiados se convierten en el chivo expiatorio perfecto para asignarles parte de la responsabilidad. Sin embargo, la atribución de esta frase es muy selectiva: no se la dirigen a cualquier inmigrante, sino a los que la sociedad percibe como inmigrantes de “segunda clase”. Nadie se atrevería a tratar como criminal en potencia al estadounidense que viene a asumir una posición de director de una multinacional. De nuevo los adjetivos negativos, tendenciosos y prejuiciosos proliferan.

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Durante una charla con mi madre, me comentaba lo difícil que era reclutar a jóvenes “comprometidos” en el sector público que hicieran las cosas como se venían haciendo. Los jóvenes nunca van a estar comprometidos cuando se trata de seguir las reglas de los más grandes. La contra-respuesta más lógica al describir a los más “viejos” no tarda en llegar: “Se resisten al cambio”, “Son anticuados y ya no sirven para nada”, etc.

En mi Facebook se abrió un extenso debate por el siguiente hecho: Una pareja de lesbiana fue arrestada por besarse en una plaza en Córdoba. Posteriormente, y a método de protesta, se organizó un “Besazo” de lesbianas frente a la estación central de policías. Si apoyabas la iniciativa eras un pervertido que ibas a contramano de la naturaleza. Si estabas en contra eras un moralista religioso y homofóbico. Esos mismos rótulos planteaban una distancia casi insalvable, donde la posibilidad de debate era casi nula.

Besazo en Córdoba

Pero el trofeo de las descalificaciones y agresiones se lo lleva la política. Los juegos de poder son tan potentes que la agresión verbal, normalizada por medios y políticos, impiden casi cualquier posibilidad de tener un intercambio de argumentos razonables y fundados. “Kukas”, “gorilas”, “ignorantes”, “vagos”, “fachos”, etc. La imaginación y creatividad parece no tener límites. La polarización tampoco.

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Las polarizaciones abundan frente a cualquier aspecto de “diferencia” que se presente entre seres humanos. Por ser cordobés me han pedido que “me cuente un chiste”. Por ser vegetariano me han dicho “gay” (¿?). Por no querer tener auto me han dicho “hippie”. Por ser ateo me han dicho “irrespetuoso”. A todos nos pasa. A partir de esta variedad de reacciones y de estigmatizaciones ante la diferencia, podemos esbozar algunas características que afloran en las polarizaciones:

  1. Describen más a quienes la dicen que a quienes están dirigidas.

“Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro”. Cuando nosotros describimos al diferente, en realidad estamos describiéndonos más a nosotros mismos. Descalificar a los demás es una forma de reforzar nuestra propia forma de pensar y de ver las cosas (y también nuestras carencias). En definitiva, si los demás están equivocados y hacen cosas incorrectas; eso implica que nosotros estamos en lo cierto y hacemos las cosas correctas.

  1. Buscan evitar que cambiemos

La naturaleza humana tiende hacia el estatus quo. Estamos diseñados para crear un contexto que nos brinde seguridad y nos permita cumplir nuestros mandatos instintivos básicos: supervivencia y procreación. Descalificar a quienes son diferentes a nosotros persigue el fin implícito de legitimar quienes somos y las decisiones que tomamos en nuestras vidas. Si nosotros somos los que “estamos bien”, entonces son los demás quienes tienen que cambiar y adaptarse.

  1. Buscan proteger privilegios

A veces me avergüenzo de mis privilegios. “¿Cuáles privilegios”?, suelen preguntarme algunas personas que tienen los mismos privilegios que yo, cómo si encendieran una señal de alerta al indicar subliminalmente que quizás ellos también tienen privilegios. A los privilegiados nos gusta pensar que no tenemos privilegios, y que todas las cosas que ganamos, obtuvimos y aprendimos, fueron exclusivamente por nuestro propio esfuerzo. “A mí nadie me regaló nada”, es casi una frase hecha a la que muchos apelan ante la mínima insinuación de que quizás otras personas no hayan tenido acceso a las mismas oportunidades.

La responsabilidad de ponernos en los zapatos (y en la piel) del otro antes de atrevernos a juzgarlos desde nuestras posiciones y sesgos, es de todos. Somos participes y creadores de las polarizaciones que sufrimos y que impartimos. Comencemos trabajando con miras a cambiarnos a nosotros mismos, antes de querer moldear a los demás a nuestra semejanza.

¿De qué manera se te ha juzgado injustamente? ¿Eres capaz de reconocer tus propios pre-juicios?

Por Marcelo Baudino
Presidente SIETAR Argentina

¿Qué es la comunicación intercultural efectiva?

Según Stella Ting Toomey, autora del libro Communicating Across Cultures, la comunicación intercultural es reconocer las identidades del otro. Un acto comunicativo es intercultural cuando hay un contacto entre personas de diferentes culturas, en el cuál las diferencias culturales afectan el proceso de comunicación. No importa si este contacto es frente a frente o a través de algún medio de comunicación (ej. Carta, email, redes sociales, juegos online, etc.). Como bien sabemos, la tecnología hoy nos facilita el contacto con personas de todas partes del mundo, y las diferencias culturales por lo general existen en estos contactos. Dichas diferencias cultuales pueden ser dadas por categorías tales como la nacionalidad, etnia, creencias religiosas, género, generación, ideología política, (dis)capacidad física, orientación sexual, etc. Ahora bien, es difícil que como individuos nos identifiquemos con sólo una de estas categorías. Siempre pertenecemos a varias. Lo que ocurre es que, dependiendo de los sujetos y el contexto del acto comunicativo, se da lugar a una identidad “saliente” o “predominante” de las personas en cada situación. Así, por ejemplo, si estoy viviendo y trabajando con un grupo de alemanes, la identidad personal “saliente” en esas interacciones probablemente tendrá que ver con la cultura de mi país de origen. Mientras que, si estoy en una reunión con un grupo de sólo hombres, probablemente una de mis identidades salientes sea mi condición de mujer.

Comunicación intercultural - pequeña

La comunicación intercultural efectiva se da cuando somos capaces de identificar y reconocer la o las identidades salientes del otro, y cuando nos relacionamos con ese otro en base a su identidad personal y cultural. Quién soy yo y quién es el otro en una interacción determinada, cómo me defino a mí mismo y cómo defino al otro, son aspectos que determinan la interacción intercultural. Al reconocer la identidad del otro puedo discernir cómo esa persona quisiera ser tratada, y actuar en consecuencia. Puedo tener en cuenta nuestras diferencias para evitar malinterpretaciones, reacciones a la defensiva, y maximizar la colaboración.

Ahora bien, ¿cómo podemos reconocer esas identidades en las personas? Una de las maneras más simples es acudir a la observación. El tono de voz, las expresiones faciales, las pistas no verbales o el uso de palabras o vocabulario específico, nos dan pistas sobre cómo podríamos relacionarnos con las personas, especialmente al inicio de las relaciones interculturales. La frase “Camila ven para acá” puede ser formulada de distintas maneras en base a la identidad saliente que detectemos en el interlocutor: “Sra. Gonzales, cuando tenga un minuto, me gustaría hablar con usted”; o “Camila, necesito que hablemos ahora mismo”; o “Dra. Gonzales, cuando tenga un tiempo, apreciaría mucho escuchar su opinión sobre este asunto”. Cada una de estas opciones no solo denotan distintos tipos de formalidad en el trato, sino que dan información sobre quién es y qué lugar ocupa éste en la interacción.

¿Has experimentado la comunicación intercultural efectiva? ¿De qué otras maneras crees que se puede identificar y reconocer la identidad de las personas? Comparte tu experiencia.

Por Shirley J. Saenz

El entendimiento del otro a partir de las pequeñas cosas cotidianas

El mundo nos enfrenta a desafíos todos los días, y hoy a los que nos dedicamos a mirar el mundo desde la interculturalidad  ( y a todos) nos invita a desafiar los clichés y, como dice el título de nuestro congreso de SIETAR Argentina este año, a ir más allá de las polaridades y contradicciones.

Mirar el mundo desde la perspectiva de la diversidad nos obliga a:

  1. No juzgar. Observar y describir, sin juicios de valor o verdades absolutas.
  2. Pararnos frente a la realidad desde una perspectiva crítica, incluso a nuestras propias concepciones de las cosas.
  3. Mirar lo cotidiano con asombro y admiración como dirían los ingleses (“with awe”)  y en ese maravillarnos con lo cotidiano encontrarnos con quienes somos.

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En el recorrido con los migrantes

Ana es una mujer salvadoreña de 23 años. Vive en México, en una ciudad  cercana a Mapastepec, al suroeste de Chiapas. Vive con su madre y sus 3 hermanos. Su padre falleció el hace un año y su madre es artesana en el mercado de Mapastepec. Trabaja con sus hermanos en tareas agrícolas sencillas. Su familia y ella padecen serias carencias económicas, por lo que no les alcanza el dinero para vivir dignamente. Sigue leyendo

RAMS: El choque entre culturas de un mismo territorio

Autora: Laura Turner  / leturnermd@gmail.com

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Este film refleja una historia que acontece en un pequeño país: Islandia.
En un extremo, la capital, una abstracción extraña para los habitantes del extremo opuesto: un desierto helado donde hombres y ovejas conviven en familia desde tiempos inmemoriales.
Una familia está dispuesta a todo cuando uno de sus miembros se encuentra en peligro.
Las ovejas contraen una enfermedad incurable y contagiosa. Es preciso exterminarlas para no contaminar los campos. El heno debe quemarse, los establos deben ser cuidadosamente desinfectados.
Si se extingue su simbólica progenie, la  estirpe humana también se encuentra amenazada: ambas desaparecerán. Ninguna de ellas puede vivir sin la otra.
Los «otros», los citadinos que irrumpen en esas tierras olvidadas, que sólo existen para que ellos puedan ejercer su patética autoridad, vienen a hacer cumplir el decreto y amenazan con juicios y tribunales a aquellos que creen débiles e ignorantes. Son más fríos que las tierras que intentan doblegar. Esas tierras de arraigos ancestrales que no reconocen el tiempo, donde hombres y animales jamás se resignarán.
Allí nacieron y allí descansarán.
Y ninguna de las dos tribus concibe la menor posibilidad de reflejarse en la otra.
Son extraños al igual que los paisajes que habitan. El de la Naturaleza, y el de La Capital.

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¿Cuán diversa es tu vida?

Autora: Julia Taleisnik

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Hoy escuchamos con frecuencia la palabra diversidad. La gente, los medios, las publicidades hablan de este tema, pero tengo la sensación que cuando un concepto está en boca de todos en todo momento, muchas veces pierde fuerza. Esto me pasa hoy con la  diversidad, del que aparentemente todos hablan pero no estamos seguros cuántos llevan a la práctica.

Según el diccionario de Merriam-Webster, la diversidad es la cualidad o el estado de tener diferentes formas, tipos, ideas, etc. El estado de tener personas que son de diferentes razas o que tienen distintas culturas en un grupo u organización”. Bastante amplia la definición, ¿no? Si entendemos a la diversidad como el estado de mostrar diferencias, puede generar temor porque pareciera separar en vez de unir. Pero no necesariamente tiene esa función la diversidad. También entendemos que existen múltiples diversidades: de nacionalidad, de edad, de género, de clase, de orientación (o preferencia) sexual, de religión, de ideología política, de intereses, de habilidades, de estilos de vida, de educación, de profesión, entre muchísimas otras. La dificultad de mencionar todas las diversidades que existen es la misma que nos convoca cuando nos preguntamos ¿cuán diversa es mi vida? Por eso es mejor comenzar preguntándonos por ¿cuáles son las diversidades en mi vida? Sigue leyendo