María Inés Quiroga es Profesora Universitaria de Lengua y Cultura Inglesa de la UNCuyo (Mendoza, Argentina) y tiene una Maestría en Comunicación Intercultural de la Universidad de Maryland, Baltimore County (Maryland, EEUU). Hace más de 8 años que trabaja en el área de Aprendizaje de Competencias Interculturales, mayormente en educación y programas interculturales, y es miembro fundadora de Sietar Argentina. El amor por la interculturalidad y la aventura la llevaron a mudarse a Auckland, New Zealand (NZ) en Junio 2016 y desde allá nos manda este artículo contándonos sobre NZ.
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Me despierto en mi nuevo departamento de Auckland. Me parece mentira, hace casi tres meses dejé mi departamento de Buenos Aires. Este es más amplio, y está en un complejo de departamentos más chiquito (pasé de un piso 13 a un segundo piso, y de tener cientos de vecinos a tener ocho). No hay muchos edificios altos acá en Auckland salvo en el CBD (como le dicen al centro, Central Business District) que es donde se concentran los edificios altos. Auckland es más bien una ciudad que se distribuye a lo ancho y no tanto a lo alto.
Me preparo para ir al gimnasio y salgo. En estos días que tengo tiempo libre disfruto de mis clases de yoga y pilates por la mañana. También salgo a correr, a veces, cuando el clima lo permite. El invierno aquí es relativamente frío y llueve mucho, se caracteriza por tener las cuatro estaciones en un mismo día. “Tía, te vas a vivir a una isla, no?”, me dijo mi sobrino antes de partir. Y sí: Nueva Zelandia es un conjunto de islas y de ahí viene su nombre. Los primeros que la descubrieron fueron unos navegantes holandeses, entre ellos Albert Tasman, quien primero creyó que había llegado a una de las islas del sur de Argentina. Ellos fueron quienes dejaron su legado al ponerle el nombre de Niew Zeeland o New Sealand porque hay una provincia «Zealand» al sur-oeste de Holanda y es llamado así porque tiene varias islas (sea-land). Para los maoríes, los primeros habitantes de estas tierras, NZ es Aotearoa que significa «tierra de la gran nube blanca», y estoy de acuerdo con ellos: es otro nombre que la caracteriza.
La silueta de Auckland desde Mt. Wellington y su gran nube blanca. Foto: María Inés Quiroga
Vuelvo del gimnasio, me preparo un mate y llamo a mi mamá. Este es el mejor horario para llamarla teniendo en cuenta que tenemos una diferencia horaria de 15 horas con Argentina. Acá vivimos adelantados, en el futuro. Cuando en Argentina es miércoles por la tarde, ya yo empecé el jueves. NZ es uno de los primeros lugares del mundo en recibir un nuevo día porque en el mapa de zonas horarias está muy cerquita de la línea internacional de cambio de fecha (ver aquí). Entonces, la mañana es el mejor momento para conversar. Generalmente, me despierto con muchos mensajitos de amigos argentinos, que estuvieron charloteando durante mi noche (su mañana) y a las 3pm de acá (medianoche de Argentina), el nivel de interacción del Whatsapp baja y se siente la ausencia de mensajes durante toda la tarde, cuando todos duermen allá.
Mi mamá me cuenta un poco de Argentina. Dice que está linda como siempre aunque está complicado el tema de los servicios y los aumentos, hay nuevas protestas. También me cuenta que en Mendoza un chico mató a un vecino para robarle la tele. Muy triste. Me cuenta sobre mis sobrinos y mis hermanos y del asado del fin de semana. Le digo que quiero asado y que los extraño mucho. Le cuento un poco sobre acá. No hay muchas noticias de ese estilo que me cuenta ella. De hecho, tienen un muy bajo nivel de corrupción: es considerado el cuarto país menos corrupto y con menos violencia del mundo . Sí hablan del Brexit y de Trump/Clinton y algunos temas inmobiliarios – las casas en Auckland están muy caras.
Sigo charlando con mi mamá, le cuento de mi día acá, todavía sin hacer mucho. Adaptándome. El fin de semana fuimos a una playa, que estaba divina, a 30 minutos de la ciudad, Muriwai. Lo que más me llamó la atención, aparte de esos cientos de kilómetros de playa virgen y ese hermoso atardecer, es que no había basurero y había un cartel que decía “no bin, no trash”, que significa, «sin basurero, sin basura». Hay muchas zonas protegidas en NZ. Se considera que el país tiene más de diez mil áreas protegidas que abarcan casi un 30% del total del territorio.
De hecho, en NZ se encuentra uno de los parques nacionales más antiguos, el Tongariro, protegido desde 1887 – el cuarto en el mundo. Le cuento a mi mamá que, según dicen, este valor en relación al respeto del medio ambiente tiene que ver con un concepto maorí muy importante, el concepto de kaitiakitanga. Esta idea implica que hay una relación intrínseca entre los seres humanos y la naturaleza. Kaitiakitanga significa protección y cuidado. Me dice: “Mirá qué interesante”. Y cortamos.

Atardecer en Muriwai. Foto: María Inés Quiroga
Al mediodía decido ir a pasear por el centro. Estamos muy cerquita, a unos 20 minutos caminando.
En el camino no paro de sorprenderme con la gran de diversidad de negocios que veo. En la misma cuadra hay un restaurante Thai, uno indio, uno japonés y uno mexicano. También hay Burger King, McDonalds y KFC, of course! No podían faltar. Me contaron que hay uno argentino también pero no lo vi aún – se llama el Sizzling Chorizo. Además, hay un negocio de vinos, donde también venden yerba, dulce del leche y fernet. Ese se llama El Borracho. Estos son los típicos de datos que todo argentino aprende al llegar.
Observo la gente alrededor, quienes reflejan una buena mezcla de personalidades (y algunos personajes también, de short y ojotas – ¿no se dieron cuenta que hace frío?). También escucho varios idiomas. Chino, hindi, japonés, francés, algún español por ahí. Qué ciudad tan diversa. Cosmopolita. La amo.
Me agarra un poco de hambre. Pienso qué comer. Acá dicen que la comida típica es el fish & chips (legado británico – pescado con papas fritas) pero es muy frito y me cae muy pesado. Me decido por el kebab, tiene una onda turca/mexicana, fácil de comer al paso. Y me pido una ginger beer . Ojo, no es una cerveza, es una gaseosa de jengibre muy rica y popular por estos lados.

Una de las marcas más conocidas de Ginger Beer, de una empresa australiana
Sigo caminando y llego al puerto. Ya me doy cuenta que caminé mucho y me dieron ganas de tomarme un café. Me pido un flat white, como le dicen acá al café con leche. El vendedor me pregunta si quiero algo más y le digo que no. Buenísimo que le pude entender el acento. A veces, es un poco frustrante porque, aún siendo profesora de inglés, me cuesta entenderles. Hay algunas vocales que cambian su pronunciación, como la palabra red suena más como rid. Y también tienen cierto vocabulario específico de NZ, como tramping que significa hiking y jandals son ojotas (ver aquí). Lo bueno es que de a poco voy aprendiendo.
Miro a la vereda de enfrente y noto una persona pidiendo. Es un señor. Está sentado con un cartel que dice ”Coin or food” – moneda o comida. Tiene campera y zapatos. Me quedo observándolo un rato, se para y lo veo entrar al McDonalds que está al lado. Saca un vaso de la basura, se sirve una gaseosa (tienen las bebidas accesibles al público, para que cada uno se sirva) y sale. Nadie le dice nada. Me sorprende un poco, pensé que no habría indigentes en una de las primeras cinco ciudades con mejor calidad de vida.
Según lo que pude investigar, en los últimos años hubo una gran inmigración (mayormente de India y China) y se concentró en Auckland (es la ciudad con mayor población de Nueva Zelanda sin ser Wellington, la capital). Es por esto que algunas cosas se fueron de las manos como el tráfico y los precios de los inmuebles, y parece que algunas personas quedaron marginadas también. Igualmente, a nivel económico, según las estadísticas, están super bien parados. La enciclopedia de NZ indica que el PIB por persona ha crecido un 1.4% promedio por año en el último siglo y medio y la economía es muy estable, no existen casi expectativas de inflación (en el último año fue del 1%). Confieso que los envidio un poco, con estabilidad económica, balance en calidad de vida, 1% de inflación, ¿quién más quisiera enviar un poco de esta realidad para Argentina? También siento bronca, ni en esta ciudad casi perfecta se vive sin pobreza – que según dicen es mínima, pero hay pobreza al fin.

Festival de las Linternas, festival chino que se celebra en Auckland luego del año nuevo chino. Foto: María Inés Quiroga
Vuelvo al departamento en colectivo. “Thank you, driver” escucho una y otra vez cada vez que un pasajero se baja. Me parece surrealista, varios años de empujones y quejas quedaron atrás. Me pregunto qué haré cuando vuelva a Buenos Aires y me tenga que subir al 130, ese colectivo que ni siquiera paraba por la mañana porque iba repleto. Los Kiwis (no las frutas, sino las personas oriundas de NZ – se les dice así por un pájaro típico de estas tierras, el kiwi), en general, se destacan por ser muy amables, respetuosos, informales y tranquilos. Dicen que son de dejarse llevar y que, a veces, de tan relajados se pueden percibir como poco ambiciosos o de bajo perfil. En lo que no son tranquilos es con la actividad física ya que muchos crecen rodeados de deporte y aire libre y lo disfrutan un montón – con los lugares paradisíacos que tienen, no es para menos.

Foto de un kiwi

Surfistas en Papamoa, Tauranga. Foto: María Inés Quiroga
Llego al departamento. Tipo 6 pm vuelve mi novio de trabajar. Me cuenta que tuvo un día movido. Sus compañeros son de todas partes del mundo: Sudáfrica, China, India, EEUU, Nepal, incluso otro argentino. Dijo que almorzaron en el restaurante de comida Thai y que a la tarde los sorprendieron con el ‘té de la reina’. “¿Qué té? ¿De qué reina?”, le pregunto. Y claro, me había olvidado que la forma de gobierno de NZ es una monarquía parlamentaria por lo cual aún se le rinde culto a su reina Isabel II. Tienen primer ministro, John Key, y también tienen un gobernador general, que sería el representante de la reina en el territorio, Jerry Mateparae. Él es el segundo representante de la reina de origen maorí.
Me quedo colgada un poco con este tema de los maoríes. “Qué loco un maorí representando a la reina”, pienso. Cuando llegaron los ingleses, para fines del siglo XVIII, se encontraron con los indígenas de la zona, los maoríes. En 1840 se firmó un el Tratado de Waitangi que le daba varios derechos a la comunidad Maorí de la época y hasta permitía a los hombres votar, tal como los inmigrantes europeos podían hacerlo. Si bien hay muchas controversias sobre este tratado, se nota que este pueblo indígena se fue haciendo lugar por donde no había para que respetaran sus derechos. Obviamente, muchas de las promesas hechas en el tratado no se cumplieron, y durante el siglo XX no se cansaron de hacer sus reclamos, pero este tratado muestra el principio de una historia con carácter, de desafíos reconocidos y de cierto ‘diálogo´ interno.
Mi novio me dice de hacer algo este fin de semana. Podríamos ir a Rotorua (una ciudad al sur de Auckland que viene de “Te Rotorua-nui-a-Kahumatamomoe”, que significa en maorí «El segundo gran lago de Kahumatamomoe») o a Waitomo (otra ciudad al sur de Auckland, ‘wai’ significa agua y ‘tomo’ agujero). Debo confesar que al principio los nombres nos parecían un poco confusos pero con el tiempo nos hemos ido acostumbrando y hasta disfrutamos de descubrir sus significados. La mayoría de las ciudades y pueblos aquí tienen nombres que vienen del idioma Maorí. Ya desde 1984, con la Ley de Designación de Distritos, se comenzó a denominar oficialmente a los pueblos y ciudades con el nombre Maorí correspondiente (en vez de ponerle un nombre en inglés). Igualmente, no es que todos hablen maorí, si bien es uno de los idiomas oficiales, junto con el inglés y la lengua de señas, recién desde 1980 se pudo comenzar a impulsar iniciativas para impartir educación gratuita y pública del idioma maorí . De hecho cuentan con varias escuelas que imparten la educación 100% en maorí. A su vez, en este nuevo milenio comenzaron a tener canales de televisión y radios puramente en maorí.

Foto del interior de una Marae en una escuela secundaria de Wellington. La Marae es un centro de reencuentro comunitario para los maoríes y puede tener funciones sociales o religiosas.
Estamos pensando en qué cenar, si hacernos unas milanesas o irnos a probar algún plato de esos restaurantes internacionales que tenemos acá cerca, por Ponsonby Road – nos encanta siempre probar platos nuevos. Miramos la hora, son las 21. Ya es bastante tarde para cenar en un día de semana, los kiwis tienden a comer más temprano y muchos de los restaurantes cierran la cocina a esa hora. Comemos nuestras milanesas y nos reímos. Disfrutamos mucho de nuestras nuevas experiencias por estos lados del mundo, y aprendemos muchas cosas nuevas pero también nos gusta tener nuestra buena dosis emocional de argentinidad. Un poco de Argentina en tanto Auckland, nunca viene mal, ¿no?

Ponsonby Road. Como pueden observar, en Nueva Zelandia se conduce por la izquierda. Foto: María Inés Quiroga
Fuentes:
Te Ara – The Encyclopedia of New Zealand is a comprehensive guide to our peoples, natural environment, history, culture, economy and society
New Zealand Lonely Planet
New Zealand Wikipedia