Autora: Julia Taleisnik
Hoy escuchamos con frecuencia la palabra diversidad. La gente, los medios, las publicidades hablan de este tema, pero tengo la sensación que cuando un concepto está en boca de todos en todo momento, muchas veces pierde fuerza. Esto me pasa hoy con la diversidad, del que aparentemente todos hablan pero no estamos seguros cuántos llevan a la práctica.
Según el diccionario de Merriam-Webster, la diversidad es la cualidad o el estado de tener diferentes formas, tipos, ideas, etc. El estado de tener personas que son de diferentes razas o que tienen distintas culturas en un grupo u organización”. Bastante amplia la definición, ¿no? Si entendemos a la diversidad como el estado de mostrar diferencias, puede generar temor porque pareciera separar en vez de unir. Pero no necesariamente tiene esa función la diversidad. También entendemos que existen múltiples diversidades: de nacionalidad, de edad, de género, de clase, de orientación (o preferencia) sexual, de religión, de ideología política, de intereses, de habilidades, de estilos de vida, de educación, de profesión, entre muchísimas otras. La dificultad de mencionar todas las diversidades que existen es la misma que nos convoca cuando nos preguntamos ¿cuán diversa es mi vida? Por eso es mejor comenzar preguntándonos por ¿cuáles son las diversidades en mi vida? Sigue leyendo